miércoles, 8 de abril de 2009

EL CULTO A LOS HÉROES

Lectura del Prof Garlín. Breve revisión histórica sobre el tema del héroe.

A nivel académico podemos decir que en Venezuela el culto a la personalidad en la enseñanza de la Historia es una hebra visible e invisible en la enseñanza. Esta enseñanza como práctica además de relatar los hechos del pasado, haciendo énfasis en diferentes actores, actores que hacen o no la Historia, unos de los cuales puede prescindirse y otros que ni se sueña obviar, definen también un paradigma: ¿quién hace o no la Historia? ¿Quién es importante y quién no lo es?

Imposible es dar un paso por la vida venezolana sin tropezar con la presencia de algún héroe. Es inevitable la pasarela hacia y desde muchos temas de nuestra historia, la salida y la entrada de las grandes verdades en las diferentes etapas de nuestra vida republicana. Es así como se configura entonces en nuestra realidad los héroes que son los actores alrededor de los cuales se desarrolla nuestro modo de enfocar nuestra vida diaria, en la sociedad venezolana esto nos podría llevar a pensar que la necesidad de creer es la esperanza de las respuestas simples. Es una fácil salida creer en las definiciones que nos da la historia, es posible que sea más sencillo que el héroe sea otro, que el riesgo lo corra otro.

La historia nos enseña que en los pueblos, el culto a los héroes contribuye a tener una disciplina social cohesionada a una identidad nacional. A través de la exaltación del héroe se busca un modelo de conducta que debe ser admirado sin límite, imitado; pues es exaltado como un ser abnegado, fiel y leal al servicio de los principios de libertad y grandeza de los pueblos. El héroe es considerado como un modelo de conducta a seguir por los ciudadanos, nos han sembrado el culto a los héroes.

En Venezuela hemos vivido procesos que se traducen en un largo sueño, una historia que nos anestesia, donde vemos una suerte de superhéroes, es una respuesta natural la desvinculación de la realidad, donde se desarrolla un de discurso de exclusión donde unos escriben la historia y otros que la consumimos, cuando se quiere animar a los venezolanos, no ponen ante una realidad creada semi objetiva que difiere mucho de la realidad que sentimos pero la realidad con la que convivimos a diario nos despierta de ese sueño heroico en el estamos. Un enfoque heroico que por un lado nos genera optimismo, que tiene un efecto contrario, el pesimismo: nadie encaja con las características de héroe.

Desde hace mucho tiempo, los pueblos han necesitado de los mitos y héroes, como medios incentivadores para sobrevivir; es decir, la exaltación de éstos es lo que los motiva e incentiva para realizar grandes actos. En Venezuela también ha ocurrido esto, el Estado siempre ha sido el principal promotor de este culto, con la finalidad de mantener la presencia histórica del héroe para que sirva de motivación de nuestras acciones; pero, también ha sido usado como compensación de nuestras diferencias. El culto heroico es la tierra patria. Con este culto se trata de buscar en el pasado los hechos heroicos para justificar las deficiencias del presente. La historia de Venezuela se ha construido sobre la base de un conjunto de hechos gloriosos llevados a cabo por hombres guerreros, forjados en la guerra por la independencia, los cuales han sido deshumanizado para convertirlos en héroes: unos deificados, otros satanizados. V.G. Bolívar y otros próceres han sido deificados; Boves, satanizados. Héroes al fin, más allá del bien y del mal. El mito ha usurpado el puesto de la historia en detrimento de nuestra conciencia como pueblo.

En la actualidad, no sólo son héroes los que realizan acciones arrojadas en el campo de las guerras, sino también los hay en el campo religioso, literario. Hay héroes poetas, reyes, profetas, etc. Se necesita tener sinceridad en lo que hace y ser admirado por todos aquellos que lo rodean. También están los seres comunes, hombres y mujeres que han sido capaces de triunfar a pesar de sus limitaciones. Estos son los verdaderos héroes anónimos, capaces de dar sus vidas por sus ideales, convicciones, doctrinas, principios y valores, a los cuales se sienten adheridos. Estos héroes, generalmente, son anónimos; pero, cobran notoriedad cuando, en defensa de dichos valores, realizan actos grandiosos que rayan en lo titánico.

En la Administración de nuestras instituciones públicas, debemos tener clara conciencia de que el carácter heroico de las personas que en ellas trabajan rige el comportamiento de éstas. De alguna manera, están siendo influenciadas por los rasgos de nuestros antepasados. Debemos asumir nuestros compromisos institucionales y gerenciales. Es por ello que se hace necesario tener mucha racionalidad y claridad de propósitos, a fin de formar un eficiente trabajo en equipo para lograr los objetivos fundamentales de la institución donde nos desempeñamos. De igual forma, debemos comprometernos con nuestro entrono familiar y asumir con responsabilidad la delicada tarea de contribuir a la formación de mejores ciudadanos, con el objeto de lograr una sociedad, más pensante y más racional, para salir adelante.

El Gerente Público debe estar consciente que un pueblo es una nación y una sociedad, en la cual existen personas con valores y responsabilidades. Es por ello que necesita manejar con genialidad el heroísmo presente en las personas que están a su cargo y las que acuden a su institución en demanda de servicios, para lo cual se requiere el trabajo y el esfuerzo de todos los que hacen vida en la misma. Debe hacerlo, atendiendo las particularidades de las conductas y posturas individuales de cada una de las personas; es decir, de ser un trato personalizado. Sin apartarse de las normas institucionales, debe gerenciar sus recursos humanos con criterios post modernos, consciente de que en cada una de las personas hay un héroe de muchas caras. Se hace necesario identificar tanto las situaciones de codicia, traición, orgullo, egos ambiciosos, pequeñez, torpeza, pero también de generosidad, solidaridad, entrega, héroe en lo pequeño de cada día, anónimo unos días y otros presente, constante, responsable de su cuota de presente, la verdad también luchar contra el personalismo y que renazca la valoración de los colectivos, la reivindicación de los “soberanos”, “pueblos”, “soberanos” son el relleno de los héroes, dando el protagonismo necesario.

Ha y una expresión del análisis de la historia que plantea la siguiente idea:

“La tendencia a situar en los demás los propios problemas y sus soluciones puede conducir al extremo opuesto cuando sale a la superficie como el culto al héroe; o sea una exagerada admiración por otra persona (...) el culto al héroe es una forma de auto repudio. Hace que los otros sean más importantes que tú y condiciona tu propia realización a algo exterior a ti (...) sé tú mismo, se tu propio héroe”.

jueves, 2 de abril de 2009

OCTAVA ENTREVISTA

Realizada por el Prof. Fernando Garlín a una docente de la UNEFA

Hemos analizado la supradicha entrevista, con el propósito de obtener una aproximación a la personalidad de la persona entrevistada, en aspectos relacionados con los juicios de valores que la misma tiene con respecto a la institución donde trabaja, su entorno, sus expectativas.

Hemos podido apreciar en la persona entrevistada un “quiebre“, tanto en lo personal, como en el contexto interpersonal, profesional, institucional, interinstitucional. Ella se siente, según sus propias palabras, frustrada; pues, tenía muchas expectativas positivas con respecto a su rol de docente de educación superior. Tenía cifradas sus esperanzas en conseguir un ambiente de trabajo para desarrollar todo su potencial como educadora, con los conocimientos adquiridos en su doctorado, en un marco de flexibilidad, tolerancia, con un proyecto universitario para la formación del hombre nuevo requerido por la nueva realidad del país; pero, siente que la universidad no tiene un proyecto claro, “… esta universidad no va para ningún lado… nadie piensa en un proyecto de país…”.

Para tratar de entender un poco la actuación de la persona entrevistada, tendríamos que analizar cuales son los factores de la sociedad que han influido en ella para sentir tanta frustración en lo que hace. Estos factores podrían ser su propia historia familiar, sus mitos, tradiciones, nivel cultural donde creció, instituciones, etc. Como observadora de una realidad siente que con su acción puede cambiar los resultados de la realidad. Se siente en capacidad de romper con el viejo paradigma de la educación para dar cabida a la formación de un ser pensante. Piensa que la formación de los estudiantes debe ser para resolver problemas específicos de la nueva realidad del país. Cree que debe haber una ruptura; pero, siente la impotencia de no poder, porque debe seguir unas directrices que le impone la institución; son los pactos fácticos que debe cumplir, para seguir con los mismos resultados.

Considera que es injusta la realidad política o social. Pensamos que se debate entre actuar o no actuar ante lo establecido; entre acatar resignadamente lo que considera injusto, o si contestarla: de palabra o de acto; entre continuar con el modelo o renunciar al mismo.

Sin pretensiones de entrar en la interesante ciencia de la psicología, pensamos que la persona entrevistada esta percibiendo una realidad, en función de sus propias experiencias, en el marco de un campo emocional que le sirve de referencia. Hay en sus declaraciones una serie de sentencias que merecen ser analizadas, para lo cual no somos las personas indicadas, ni lo permite la brevedad que nos hemos propuesto en este trabajo; sin embargo, queremos resaltar algunas de las mismas, con el propósito de tener una somera idea de lo que trae en sus experiencias. Según la entrevistada: ”… suma de fracaso…” “…vivimos un surrealismo terrible…” “… me deprimo… mi vida no tiene sentido como profesional…” “Es una cultura en la UNEFA de la mediocridad…”. Estas sentencias, entre otras, nos hacen pensar que la persona entrevistada ha estado fuertemente influenciada en su formación por una serie de valores éticos y morales, con los cuales se siente identificada; pero, en contradicción con los valores de su entorno inmediato, en el campo laboral, en lo social e institucional. Esta persona trata de entrar en contacto con el entorno con el cual se identifica para ser y hacer su propio mundo; pero, al no encontrarle sentido a una serie de hechos, porque no son significativos para ella, percibe su realidad adversa a su genuina escala de valores y actúa en consecuencia, lo cual afecta sus relaciones interpersonales e institucionales.

Genética de la Violencia

Una perspectiva biológica del crimen, un enfoque que considere las conductas antisociales como comportamiento con evidente base evolucionista y una visión antropológica que considere que la sociedad ha reaccionado contra las conductas que la amenazan y subvierten, favoreciendo las actitudes altruista y castigando las tácticas desintegradoras, necesariamente conducirá a admitir que el crimen tiene primordialmente una base genética.

Adrián Raine resume en los siguientes puntos las consideraciones que enturbian el análisis de la influencia de la genética de la conducta Antisocial.

1. ¿Un gen es responsable de la conducta criminal? Los genes codifican proteínas y enzimas e influencian los procesos fisiológicos cerebrales que podrían predisponer biológicamente para determinar conductas criminales. No es posible concebir un solo gen codificando la proclividad al crimen, como tampoco es imaginable que un solo gen pudiera regir otras conductas humanas complejas. Es probable que exista múltiples genes y esta idea debe presidir aquellas disciplinas biológicas tales como la neurología, la psicobiología o la neuroquímica.

2. ¿La influencia de la herencia entraña que todos los crímenes son genéticamente determinados? La conducta criminal es el producto de los genes y del ambiente. No se habla de efectos sumatorios; lo propio es hablar de efectos multifactoriales, de interacción entre genética y entorno. Por otro lado, los genetistas de la conducta no tienen una posición radical; ellos no excluyen la importancia del ambiente, aunque obviamente privilegian las bases biológicas de la violencia.

3. ¿La investigación genética puede explicar por qué algunos individuos específicos comenten crímenes? Una heredabilidad de los 50% para el crimen no puede extrapolarse para inferir la conducta antisocial de un individuo en particular.

4. ¿Si el crimen es genéticamente determinado entonces es irremediable? Obviamente no hay un destino ineluctable. Admitimos que se trata de una predisposición constitucional influenciable por los parámetros sociales.

5. ¿Son los estudios genéticos más orientados hacia la herencia que hacia el entorno? En rigor los estudios en gemelos y en adopción, si bien están presididos por la genética informan al mismo tiempo, que esta no explica todo. La heredabilidad de la conducta criminal en los gemelos monozigotos es de un 50%. Habría que aceptar que el otro 50% corresponde a influencias sociales.

6. ¿Los factores genéticos que subyacen en el crimen no pueden invocarse en un proceso legal? No puede heredarse algo que es un constructo social y legal y cuya definición esta abierta a debate; sin embargo, esto valdría para muchas enfermedades mentales. Además la importancia de los factores genéticos se ven refrendada por la similitud de los resultados de las investigaciones en diferentes países. Estos estudios revelan que los factores predisponentes son los mismos.

7. ¿Las bases genéticas excluirán a los cientistas sociales? Obviamente nunca sucederá esto. Hay razones incontrovertibles para sostener que los factores socioculturales son claves en el desarrollo del crimen y todo señala que la genética actuará en un vacío si no considerara el medio ambiente.

8. ¿La investigación genética es intrínsicamente perversa porque es usada para justificar cruzamientos selectivos y programas de esterilización? Este temor es infundado a pesar que históricamente se ha instrumentalizado para llevar a cabo programas Eugenéticos que han conducido a atroces políticas de exterminio, por considerar que ciertas razas son inferiores. Las proposiciones eugenéticas no son sustentadas por las investigaciones genéticas.

Artículos como el aparecido en Science en 1993 en el que se decía haber descubierto el gen de la agresividad. En este trabajo, se presentó a ocho miembros de una familia holandesa a lo largo de tres generaciones con conductas tan diferentes como “arranques agresivos, incendios provocados, intento de violación y exhibicionismo” y, tras comprobar que todos poseían una mutación en el código genético de la enzima monoaminooxidasa, esta mutación fue presentada como el “gen de la agresividad”, denominación de la que el propio autor del artículo se desvinculó más tarde. Posteriormente, se observó que la alteración de este gen en ratones producía efectos tan diversos como “temblores, dificultad para enderezarse, miedo, carreras frenéticas y caídas, sueño inquieto propensión a morder al investigador, posturas jorobadas…”. Increíblemente, los autores de este estudio resumieron todo como “comportamiento agresivo”, porque ellos habían decidido a priori, tras leer el trabajo de los holandeses, que, dado que estaban estudiando el gen de la agresividad, todos los comportamientos que observaran serían agresivos.

"No existe un único gen de la violencia"

Lo afirma el genetista francés Pierre Bertoux, a propósito de la película "Animal", de reciente estreno.

(La Nación) - Algún día, la violencia será vencida gracias a los progresos de la terapia génica. Esa es la teoría que postula el film "Animal", de la francesa Roselyne Bosch, que acaba de estrenarse en esta ciudad.

Esa ficción, originada en un hecho real, se desarrolla en un futuro próximo, en el departamento de biología molecular de una universidad europea. Relata la experiencia de un joven investigador que identifica el origen genético de la agresividad y convence a un criminal psicópata para que se convierta en cobayo de un experimento que intentará modificar su ADN para erradicar las pulsiones animales que lo dominan.

¿Es una perspectiva realista? Los neurobiólogos lo ponen en duda. Desde hace dos siglos por lo menos, los investigadores procuran saber si algunos hombres tienen una predisposición al crimen. Las teorías de la herencia biológica del crimen nacieron en el siglo XIX y alcanzaron su paroxismo en la Alemania nazi. Durante ese período se consideraba —sin ninguna prudencia— que los comportamientos humanos similares se debían a un determinismo genético, transmitido por las especies, como se hereda el color de los ojos.

La consecuencia de esa actitud fue la eugenesia, que postulaba eliminar a las víctimas de taras genéticas para evitar que se reprodujeran.

Después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, con el florecimiento de las ciencias sociales, los especialistas comenzaron a asociar los comportamientos violentos con los fenómenos de sociedad: fallas en la educación, exclusión, influencia de la televisión.

Sin embargo, desde los años 80, los investigadores tratan de descubrir los fundamentos biológicos de esos comportamientos. Hoy se sabe que existen causas genéticas de la agresividad. Pero también está probado que los mecanismos que las regulan son extremadamente complejos.

"No existe un único gen que intervenga en el comportamiento. Hasta el momento se han localizado unos 20 fragmentos de ADN implicados en la conducta violenta. Y la lista podría extenderse", explicó a La Nación el profesor Pierre Roubertoux, especialista en neurociencias del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) de Francia.

Autor del libro "¿Existen los genes del comportamiento?", Roubertoux no excluye que haya centenares de genes implicados en esa conducta.

"Con el descubrimiento de la secuencia completa del genoma humano comprendimos que nuestro patrimonio sólo cuenta con 30.000 genes. Es imposible entonces que cada uno de esos genes corresponda a un comportamiento en particular", precisa.

domingo, 1 de marzo de 2009

"MENSAJE SIN DESTINO" Un analisis de la obra de Mario Briceño Iragorry

Hace medio siglo, cuando Mario Briceño Iragorry, entre afligido e indignado, escribía su obra Mensaje sin Destino, en términos afectados por el escenario en que se desenvolvía el país durante esa época; apenas se mostraban las primeras manifestaciones, de lo que llamaría “crisis de pueblo”, pero él, "historiador militante", intuía con preocupación lo por venir. Con un pensamiento patriótico, manifiesta que esta “crisis de pueblo”, es producida por la falta de sentido histórico del pueblo venezolano.

“Empieza por constatar la quiebra de nuestra cultura. Observa que el país carece de responsabilidad. Señala que nos aqueja en demasía la presunción y por ello encuentra que somos una nación antihistórica”.

“Que nos hemos acostumbrado a tener una historia preferentemente bélica, repleta de la “liturgia de la efemérides” y, como consecuencia de ello, nuestros escritores de historia se han referido muy pocas veces en sus obras a los valores de la historia civil, a los hechos constructivos de los tiempos de paz”.

“..nuestra gente no ha logrado asimilar su propia historia en forma tal que pueda hablarse de vivencias nacionales, uniformes y creadoras, que nos ayuden en la obra de incorporar a nuestro acervo fundamental nuevos valores de cultura, cuyos contenidos y formas, por corresponder a grupos históricamente disimiles del nuestro, puedan, por aquella razón, adulterar el genio nacional.”

“Lamentablemente andamos lejos de gozar la recia posición constructiva que nos ponga en posesión de aquellos instrumentos de educación cívica. Se rinde “culto“ a los hombres que forjaron la nacionalidad independiente, pero con culto que se da la mano con lo sentimental más que con lo reflexivo”…“Poco hemos hecho, en cambio, para formar una teoría ejemplar de lo bolivariano;”

“También nos valemos del Libertador para cubrir con los resplandores de su gloria lo opaco y menguado de nuestra realidad cívica. Y como es padre de todos, cualquiera se cree con derecho a interpretar sus pensamientos, y aún de ponerlos al servicio de intereses foráneos”.

“Si descabezamos nuestra historia, quedaremos reducidos a una corta y accidentada aventura republicana de ciento cuarenta años, que no nos daría derecho a sentirnos pueblo en la plena atribución histórico-social de la palabra. Y si para esos ciento cuarenta años admitimos la procedencia de los varios procesos segmentarios, de caída y ascenso, que determinan los cognomentos partidistas de Federación, Fusionismo, Regeneración Reivindicación, Legalismo, Restauración, Rehabilitación y Segunda Independencia, habremos de concluir que lejos de ser una Venezuela en categoría histórica, nuestro país es la simpe superposición cronológica de procesos tribales que no llegaron a obtener la densidad social requerida para el ascenso a nación. Pequeñas Venezuelas que explicarían nuestra tremenda crisis de pueblo. Sobre esta crisis se justifican todas las demás y se explica la mentalidad anárquica que a través de todos los gobiernos ha dado una característica de prueba y de novedad al progreso de la nación. Por ello a diario nos dolemos de ver cómo el país no ha podido realizar nada continuo. En los distintos órdenes del progreso no hemos hecho sino sustituir un fracaso por otro fracaso, para lograr como balance, la certidumbre dolorosa de que nuestra educación, nuestra agricultura, nuestra vitalidad, nuestra riqueza misma, viven en una permanente crisis de inseguridad y de desorientación.

Una historia establecida por los historiadores a partir del colonialismo sin realismo, sin mirar atrás, con dificultad para encontrar identidad cultural; y una apetecible riqueza como el petróleo, que no sabemos si es bendición o maldición, fue el mejor escenario para el Imperialismo penetrar en nuestra sociedad. Mario Briceño Iragorri, “trataba de prevenir sobre la distorsión de valores que el petróleo había producido y sus graves consecuencias en el futuro”.

Aún así, la presencia y la influencia del poder petrolero transnacional en el país produjo la degradación del Estado nacional y su transformación en un ente jurídico formalmente independiente eco de la orientación política del Estado Norteamericano. Provocando una subasta de la riqueza pública, distribuida sumisamente entre los grupos financieros, amos del capital multi-transnacional, y la formación de una "clase política", burocrática, depravada y viciosa; sin escrúpulos morales ni éticos, integrada por gente proveniente de todos los agrupamientos políticos, cualquiera hubiera sido su fundamentación doctrinaria en el pasado inmediato. Es una clase con tendencia a estratificarse, y con espíritu de cuerpo.

“…Me duelo de que, por carencia de un recto y provechoso sentido histórico de la venezolanidad, hubiéramos referentemente utilizado los recursos petroleros para satisfacer nuestros bajos instintos orgiásticos, antes que dedicarlos a asegurar la permanencia fecunda de lo venezolano, y ello después de haber olvidado ciertos compromisos con la nación para mirar sólo la zona de los intereses personales. Cuando radico en lo histórico la causa principal de nuestra crisis de pueblo, no miro únicamente los valores iluminados de cultura que provienen del pasado. Me refiero a la historia como sentido de continuidad y de permanencia creadora. Pongo énfasis al decir que nuestro empeño de olvidar y de improvisar ha sido la causa primordial de que el país no haya logrado la madurez que reclaman los pueblos para sentirse señores de sí mismo. ¿No nos quejamos diariamente de la falta de responsabilidad con que obran quienes asumen cargos directivos sin poseer la idoneidad requerida?”

“La nuestra vida de pueblo tal vez se haya opuesto a la adopción de una actitud que facilite el proceso de disociar circunstancias para ir a una síntesis de cultura, el mismo espíritu anárquico que se abultó en nuestro medio como consecuencia de la conquista y de su mal aprovechamiento a la vez de una temprana y generosa conciencia igualitaria.”

Durante los cambios ocurridos se conforma la mentalidad colectiva de Venezuela, sociedad global neocolonial y se observan algunas variaciones desfavorables a la permanencia en el tiempo de la comunidad venezolana. Originando una reducción a mínima expresión de los valores determinantes del carácter social y de la personalidad básica del hombre venezolano; y una transculturación de la cultura nacional. Afectando desde nuestra alimentación hasta nuestro idioma, el castellano. De allá, del Imperio, importamos a precio de dólar-petróleo, no sólo las mercancías y granos que antes se producían en el país, sino también los patrones de conducta que han pervertido, en todos sus estratos, a la comunidad nacional.

“En ninguna parte del Nuevo Mundo influyeron tanto como en Venezuela los factores externos para modificar al poblador venido de ultramar. Trescientos años de residencia americana fueron suficientes para que el hombre nuevo de extracción hispánica y el propio peninsular postreramente llegado adquiriesen una visión más universalista de la vida y sintieran, como resultado de los cruces sanguíneos, la justeza de los ideales igualitarios.”

La vocación igualitaria del criollo creció en razón del nivel doloroso y fraternal creado por la Guerra a Muerte, la cual junto con la devastadora Guerra Federal, forió la democracia social que caracteriza a nuestro país.

“Sin embargo el goce de la igualdad no ha correspondido entre nosotros a sus verdaderos conceptos y alcances. Olvidando muchos que la igualdad se limita a garantizar el derecho de identidad en las oportunidades, se la ha tomado como “facultad para hacer todo lo puede el vecino”, sin parar para ello en que las mas de las veces ese todo está relacionado con una legitima categoría de cultura.”

La educación formal e informal, en todos su sus niveles, también fue penetrada y afectada negativamente, porque ese Estado la orientó progresivamente a partir de los años sesenta, a introducir en la conciencia colectiva la sumisión espiritual frente al carácter despiadado de la dominación imperial en la modalidad imperio del dólar. El objetivo de esa educación es formar un venezolano con una personalidad básica egoísta y con principios de desigualdad social, que se siente cuando analizamos todos los niveles sociales: en un extremo la opulencia que domina, en el otro la pobreza extrema y, en los estratos medíos un empobrecimiento progresivo. Esto le permitiría al Imperialismo norteamericano aplicar un proceso de globalización sin mucho esfuerzo.

Si revisamos el último medio siglo de historia en Venezuela, observamos que Mensaje sin Destino tiene el valor de una premonición, o más exactamente, de una comprensión. Mario Briceño Iragorry teniendo como referencia lo que observaba en la realidad de la Venezuela de su tiempo, estuvo en condiciones intelectuales y espirituales para analizar la evolución económica, social y política y cultural de nuestra patria en un futuro inmediato. No hay la menor duda: Venezuela es en la actualidad privilegio de una clase: de un estrato, preferentemente de origen foráneo; una auténtica crápula financiera usuraria especulativa, carente del más mínimo espíritu de lo nacional venezolano. Este proceso comenzó inmediatamente posterior a su prematura y lamentable desaparición física. No se observaba como rasgo cualitativamente dominante en los años en que el notable pensador escribió su Obra.

“La anarquía indisciplinada y la desagregación mental, que son reatos dolorosos de la sociedad venezolana, sumados a la carencia de vertebración moral ocasionada por nuestra imperfecta asimilación de la Historia, explican nuestra crisis de pueblo, causa y efecto de las otras crisis que tratan de investigar los críticos: responsabilidad, jerarquía, urbanidad, literatura, libertad, economía, institucionalismo...”

La ausencia de un verdadero proyecto de desarrollo para la nación donde lo nacional-venezolano y lo humanístico universal se conjugaran armoniosamente; y la existencia de una élite dirigente subordinada al capital extranjero, tanto en lo económico como en lo político y lo cultural, determinó que el proceso de construcción de identidad nacional no tuviera un desarrollo pleno. Por ello la cultura norteamericana se convirtió en el paradigma de gruesos sectores de la población venezolana, sin que los distintos gobiernos hayan hecho mayores esfuerzos por revertir esta situación. De esta forma vemos que la identidad nacional coexiste con mentalidades que valoran negativamente nuestra cultura y admiran la sociedad norteamericana. Las expresiones concretas de esa admiración van desde los nombres propios que los padres colocan a sus hijos, hasta los gustos musicales, la moda y las grandes aspiraciones individuales de cada quien.

Si queremos revertir esta situación y heredarles a nuestras futuras generaciones una patria propia, es necesario que cada uno de nosotros, desde nuestro eje, sembremos una identidad nacional basada en nuestra cultura, mirando hacia atrás en nuestra historia, para entender porque nos ha tocado vivir todo cuanto hemos vivido y padecido. Sólo así concebiremos los conceptos necesarios para generar las transformaciones que demanda nuestra nación en la actualidad.

ORGANIZACIONES TRANSCOMPLEJAS

Actualmente estamos en presencia de un complejo proceso de cambios y transformaciones, a nivel mundial, lo cual ha implicado modificaciones en las estructuras organizacionales y en la actividad humana. Estos cambios, fuertemente ligados a un clima cultural y caracterizado por la incertidumbre, plantean una nueva relación entre el hombre y su realidad, en la cual surgen otros valores sociales que tratan de sustituir los relacionados con el individualismo, egoísmo, el afán del lucro fácil, entre otros antivalores. Al producirse transformaciones y cambios en la realidad se producen nuevas formas de pensar, comprender e interpretar el mundo.

En Venezuela se evidencia a grandes rasgos un claro cambio de paradigma, por la existencia de un proceso de transformación de la sociedad venezolana; pero, en forma muy lenta. Hay un modelo que no desaparece y hay otro que no emerge. En este tránsito interparadigmático confluyen una gran cantidad de valores en la sociedad, donde los viejos valores se contradicen y se resisten a los nuevos. Hay un clima cultural donde se están reformulando las prácticas sociales, cuyas formas están en movimiento, cambiando, transfigurándose. Estamos inmersos en una profunda transformación sobre las maneras como se percibe y se actúa en nuestra nueva realidad, impulsados por cambios profundos, por un nuevo orden de cosas y de las realidades, lo cual se traduce en un funcionamiento complejo de las organizaciones. En éstas ocurre un aplanamiento de sus estructuras, una ruptura de los parámetros que regulan sus actividades, una transversalización en las relaciones internas. Son los rasgos característicos del postmodernismo, donde se promueve el pluralismo, la diversidad, la ruptura en la forma de conceptualizar la realidad.

Cabe destacar, que en este proceso de cambio juega un papel muy importante la toma de consciencia; pero, esto sólo se puede lograr a través de un sistema educativo que trate de internalizar en los ciudadanos los valores del nuevo paradigma, a fin de vencer las resistencias, el cual habrá de sustituir al viejo. Este proceso requiere grandes esfuerzos y bastante tiempo para romper las cadenas de las resistencias al cambio. En nuestro país el modelo educativo que ha existido ha sido concebido para un sistema capitalista, con el fin de inculcarle a la población los valores propios de dicho sistema para eternizarse como tal.
Las organizaciones transcomplejas se sitúan en un plano que requiere el análisis cuidadoso de los factores filosófico y epistemológico, referido al origen y la razón de ser de las organizaciones, así como la trascendencia y conceptualización que se ha hechos en función de su contexto histórico; factor teórico y metodológico referido a los procesos y métodos llevados a cabo por la organización; el factor fáctico y tecnológico referido a los instrumentos y medios utilizados para la implementación de las estrategias; y el factor bioético para comprender la vida en las organizaciones desde la dimensión humana vinculada a la tecnología. Sumados todos estos factores las organizaciones transcomplejas se convierten en un paradigma de la gerencia donde se enlazan y confluyen elementos más allá de la propia naturaleza humana, y más allá de todo instrumento tecnológico pues lo que garantiza la productividad es la combinación de varios factores en la medida y en el tiempo indicado y que ira en función de garantizar el bienestar de los miembros de dicha organización.

jueves, 26 de febrero de 2009

SINTESIS DE CLASE DEL 19-02-09

Actualmente somos testigos de un mundo convulsionado por los constantes cambios relacionados con la vida política, social y económica, los cuales influyen en nuestras vidas, tanto en forma positiva como negativa. Esto tiene clara incidencia en nuestro comportamiento personal y, de alguna manera, ejerce clara influencia interpersonal en nuestro entorno inmediato, bien sea grupo familiar, equipo de trabajo, entorno social, institucional. En este contexto, cada persona entra en contacto con una dimensión con la que se identifica para ser y hacer el mundo como historia, en la que el sentido de cada época se traduce en hechos significativos para ella, motivos por el cual se van afectando las relaciones interinstitucionales y, en consecuencia, el proceso socio-histórico. Estos fenómenos dan lugar a una multiplicidad de protagonistas de una sociedad, de diferentes formas de percibir la realidad y actuar en consecuencia, de acuerdo con sus propias experiencias y sus genuinas escalas de valores, los cuales difieren mucho de una persona a otra.

Ante estos fenómenos sociales, se hace muy necesaria la presencia de liderazgo en todas las instituciones públicas, privadas, grupos sociales, con especial énfasis en las primeras, porque es donde converge una gran multiplicidad de actores que ingresa en ellas en formas circunstanciales y con valores muy heterogéneos y, muchas veces, contradictorios con el fin social de las mismas. El liderazgo que deben tener los gerentes públicos juega un importante papel en dichas organizaciones, debido a que son los llamados a orientar a sus subordinados para lograr el éxito; son los conductores indispensables para esto.

Liderazgo es el intento de influencia interpersonal, dirigido a través del proceso de comunicación humana, a fin de lograr objetivos; pero, como es natural en toda persona, el líder tiene virtudes y defectos que debe conocer; para poder influir en la conducta de sus seguidores: Esto implica mirar primero dentro de si mismo y conocerse, para luego entender a los demás y reflejar lo que quiere lograr, lo que busca alcanzar con los demás para lograr sus objetivos. El buen gerente público debe estar consciente que la esencia de su liderazgo está en la disposición de su personal subalterno a seguirlo, quienes lo harán en la medida que se les ofrezcan los medios para la satisfacción de sus necesidades; de igual forma, debe internalizar que si hay liderazgo y motivación se hace más fácil lograr sus objetivos.

Este análisis nos llevará a entendernos para luego conocer a los demás; de esta forma podemos mejorar nuestro desempeño como líderes, en nuestras organizaciones, así como también en cualquier grupo social. Para esto se hace necesario evaluar los diferentes elementos humanos de nuestra personalidad y los de la institución donde trabajamos, en función de una escala de valores; de igual forma, se debe hacer lo propio con las personas de nuestros equipos de trabajo. En nuestra pasada clase de Formación Gerencial fue brillantemente explicado un método de evaluación personal en relación con los otros actores con quienes interactuamos, el cual consiste en analizar una serie de valores humanos propios de cada uno de nosotros en relación con otra persona de nuestro entorno, de acuerdo con la ponderación que le demos a dichos valores. Se considera que es un método muy útil para conocer nuestra personalidad y la de nuestro personal subalterno, debido a que nos permite interactuar con éstos en un marco de comprensión, que puede servir de base para apreciar mejor lo que la gente desea y la razón de sus acciones. Para lograr esta evaluación, debemos ubicarnos, en primer lugar, en un contexto: personal, interpersonal, institucional, interinstitucional, socio-histórico y, luego, podemos apoyarnos en una matriz de valores, que podrá ser elaborada con aquellos aspectos que consideremos de interés en un caso determinado; v.g. la matriz de valores utilizada en clase fue la siguiente:
Relacionado
Confiar
Escuchar
Aceptar
Aconsejar
Alentar

Integrado
Participar
Intercambiar
Motivar
Integrar
Innovar

Separado
Examinar
Medir
Administrar
Controlar
Mantener

Dedicado
Organizar
Iniciar
Dirigir
Completar
Evaluar

Debemos buscar los factores a evaluar de nuestra personalidad y los de cada uno de los miembros del equipo; v.g. institución, supervisión, supervisado, compañeros de trabajo, supervisado, otros. Esta evaluación debe hacerse desde nuestra propia persona en relación con otro miembro del equipo, para lo cual le asignamos a cada factor una ponderación y puede ser determinada en una escala del 1 al 10. Los factores elegidos serán analizados, con base en la matriz de los valores que hayamos elaborado para tales fines. Estos valores habrán de ser evaluados, en un contexto previamente definido: personal, ineterpersonal, institucional, socio-histórico. Al identificar la cantidad de valores que influyen en la relación evaluada, en cada uno de los cuadrantes de la matriz, estamos obteniendo los indicadores correspondientes, los cuales, analizados en su conjunto, nos da una aproximación de la personalidad del evaluado. Este proceso debe ser aplicado, tanto en la persona que tiene a su cargo la supervisión de un equipo de trabajo como en la de cada uno de los integrantes del mismo, a fin de lograr mejor comprensión de las relaciones humanas, comunicaciones interpersonales más fluidas y un alto grado de motivación, con lo cual se obtiene el liderazgo necesario en el difícil arte de gerenciar en cualquier institución, tanto más en el sector público cuanto que en éste se trabaja para lograr un fin social, el cual está caracterizado por las complejidades propias de una sociedad sometida a las presiones de los diversos grupos que en ella interactúan.

martes, 24 de febrero de 2009

Reflexión de la Clase Nº 3

La Administración Pública es el organismo o conjunto de entes que un Estado encarga para gestionar y defender los intereses públicos, proteger los derechos y vigilar el interés general de la ciudadanía. Al respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en el artículo 141 lo siguiente:

“La Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y el derecho.”

Uno de los problemas más importantes de la democracia venezolana ha sido la excesiva intromisión de aspectos políticos-partidistas en la dinámica del sector público. Mientras escribimos miles de ciudadanos sufren las penurias del sistema hospitalario o mueren a manos del hampa. El comentario viene al caso pues existe una discusión muy importante en términos del tamaño y competencias del ámbito público. El debate acerca del papel del sector público es muy extenso, algunos consideran que debe limitarse y otros, por el contrario, que debe ser fortalecido. Ahora bien, independientemente del tamaño y funciones del Estado consideramos que se impone la necesidad de que cumpla eficientemente su misión.

Trabajar en una organización pública, salvo contadas excepciones, implica convivir con un personal mal pagado, poco motivado. Acostumbrado a hablar mal de su trabajo y con alta resistencia al cambio. Personas que quieren ser remunerados como jefes sin que eso implique mayor responsabilidad. Por otra parte, los cuadros gerenciales se hacen los sordos ante las necesidades, legítimas o no, del personal. “Radio pasillo” sustituye la comunicación formal. La comunicación organizacional se limita a la redacción de revistas o de estudios para fomentar el clima y la cultura institucional.

Existe poco contacto entre los jefes y su personal. Para los de arriba “el personal es flojo” y para los de abajo “los jefes son déspotas”. La noción de equipo pocas veces se maneja. Cada cual cumple, cuando lo hace, con sus funciones. A pesar de los problemas se cumplen las metas, tarde, a veces mal pero se cumplen.

El funcionamiento de los hospitales o la educación pasa a segundo plano ante la demagogia. Si ayer Anito convenció a la masa que Sócrates debía beber la cicuta, hoy los políticos reparten dinero a un pueblo a cambio de votos y los convencen de vivir a fuerza de la caridad gubernamental. Un día cae el ídolo de turno y nos refugiamos en otro. Mientras la Administración Pública se debilita. Como dice la sabiduría popular: los gobiernos pasan, el hambre queda. Para erradicar el hambre debemos contar con un sector público fuerte y al servicio de la colectividad.

Es probable que un funcionario público califique de loco a quien le diga que su trabajo carece de imaginación. “Con qué se come eso de la imaginación” respondería el desprevenido funcionario. “Mi trabajo es técnico” es otra posible respuesta o “tengo 10 años haciendo el mismo reporte qué imaginación ni que ocho cuartos” ¿Ese asistente administrativo traspasa el día a día en busca de explicaciones? Generan las disertaciones aumentos en la quincena.

Convivimos con expresiones de desaliento por parte de los funcionarios, constantes quejas y añoranzas de un mejor empleo.

Transferimos las decepciones de un pobre país rico al ámbito público. La autoestima del venezolano se refleja en las oficinas gubernamentales ¿Por qué casi nadie sale bien en la foto del documento de identidad? Será por lo incómodo de su tramitación. Es probable que la misma energía empleada en lamentarnos por todos los males del planeta sirviera para mejorar sólo un poco los quehaceres cotidianos.

Otra muestra son las famosas reestructuraciones de organismos públicos. Durante una gestión se eliminan dependencias que en el futuro serán retomadas. Se cambian nombres pero se mantienen viejos vicios. Varían las identidades gráficas y se empeoran las prácticas.

El avance de la burocracia supone la falta de imaginación y de motivación transformadora para luchar por un mejor país. A pesar de estar en pleno siglo XXI y disfrutar de muchos avances tecnológicos la situación de la Administración Pública parece estar anclada en otro momento histórico.

Cómo mejorar si muchas veces los gerentes parecen capataces de una hacienda. Si los funcionarios adeptos al gobierno de turno se consideran intocables por su esfuerzo en pro del partido. Quienes adversan al partido son relegados y castigados. Lejos de incluir segregan. Todo lo viejo, lo que huela a la gestión pasada es borrado sin tomar de ello los aprendizajes pertinentes.

El sector público refleja el autismo social de Venezuela. Se debate entre los postulados de servicio público y la lógica partidista clientelar.

Si queremos salir del siglo XXI es necesario tomar conciencia de las complejidades y diversidades presentes en nuestra sociedad, ponerlas a trabajar en conjunto. Mirarnos, oírnos y hablarnos con un poco de esperanza y tolerancia.


"Moral y luces son nuestras primeras necesidades”
Simón Bolívar

El "Viernes Negro": Un pasaje oscuro de nuestra historia

Recordado por su impacto en la economía venezolana, el 18 de febrero del 83, más allá de acentuar la crisis de un país entregado al consumismo, rentismo y populismo. Un momento de nuestra historia que trae a la mente de todos los venezolanos la célebre frase de Arturo Uslar Pietri: "Sembrar el petróleo".

El viernes 18 de febrero del año 1983 suele ser recordado como el día en que el bolívar sufre la mayor devaluación de su historia, lo que llevó a la administración del presidente Luis Herrera Campins a recurrir a la restricción obligada de divisas, aunada a una caída desmesurada en el poder adquisitivo de los venezolanos. Esta fecha marcó, a su vez, el final de un largo período de estabilidad cambiaria y de precios en Venezuela, así como el inicio de una nueva era de devaluación, inflación y fuerte recesión.

En la actualidad se puede concluir que este día significó definitivamente un punto de inflexión en la historia contemporánea de los venezolanos, representando probablemente el origen de muchos de los devenires que la sociedad venezolana enfrenta hoy en día.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Sintesis de Clase del 05-02-09

Actualmente en Venezuela, la formación gerencial en el sector público presenta grandes retos para su adaptación a una realidad caracterizada por un constante y veloz cambio socio-político. En las instituciones públicas, los conocimientos técnicos y habilidades gerenciales que han adquiridos las personas responsables de dirigirlas, como producto de sus estudios y experiencias, en empresa públicas y privadas, no son suficientes para adaptarse a dichos cambios. Para tener capacidad de adaptación, se hace necesario que el Gerente Público tenga una serie de actitudes personales, tales como: flexibilidad, tolerancia, creatividad, innovación y comprensión de los valores individuales de todas las personas que están bajo su responsabilidad, con la finalidad de interactuar con ellas, para mejorar su toma de decisiones y generar soluciones.

En relación con los valores individuales, se debe destacar lo expresado por Mario Briceño Iragorry, en su obra Mensaje sin Destino, el cual, con más de 50 años de haber sido escrito cobra especial vigencia en nuestra realidad nacional. Iragorry nos señala “…La quiebra de nuestra cultura…”. En este sentido, dicho autor señala “… para existir como país debemos poseer sentido histórico…”, “… somos un país ahistórico…”. No tenemos sentido histórico de lo que hemos sido, motivos por el cual debemos “… buscar las entrañas de lo que somos…”. En Venezuela, por causa del petróleo, ha habido un grave proceso de transculturación que ha distorsionado los valores nacionales y, con éstos, lo autóctono de nuestro pueblo, con lo cual se ha deteriorado la identidad nacional. Esto acarrea graves consecuencia en nuestra configuración cultural. Ya no somos los mismos. Nuestro genio nacional se ha distorsionado, en casi todos los niveles. En nuestra forma de ser vibra una mezcla de valores heterogéneos, donde prevalecen los de otras culturas. Hemos perdido nuestra particular forma de ser. Iragorry decía que nuestro país carece de responsabilidades. Debemos apropiarnos de nuestra manera de ser.

Generalmente, en la formación de gerentes públicos, tanto en lo académico como en lo empírico, se enseña cómo se organiza el sector público, cómo se maneja un presupuesto y las finanzas del estado, entre otros aspectos no menos importantes; pero, no se les enseña a manejar situaciones antagónicas entre los valores individuales y lo que deben ser los valores institucionales.

Es por ello que en la Venezuela del siglo XXI, debemos romper con estos paradigmas en la formación de gerentes que tendrán la responsabilidad de lograr con eficiencia los fines sociales de las instituciones donde trabajan. Algunos profesores, conscientes de esta situación, están rompiendo con los viejos modelos de enseñanzas. De ello somos testigos en nuestra casa de estudios – UNEFA -, con especial mención en la cátedra Formación Gerencial. Se hace necesaria una praxis de la Gerencia Pública acorde con la realidad actual, en la cual tendrá que comprender los valores individuales que tienen las personas a su cargo y aplicar sus habilidades en el manejo de las relaciones humanas, a fin de lograr sus objetivos institucionales. El Gerente Público actual deberá actuar a la altura del compromiso que se le presenta en la conducción de las políticas públicas, con sentido de responsabilidad social y ética; pero, también con habilidades interpersonales para trabajar en equipo integrado por individuos de diferentes formas de ser, a fin de interactuar con éstos en pro de la consecución del fin social de la institución donde se desempeña.

viernes, 6 de febrero de 2009

Sintesis de clase del 29/01/09

¿Generando un cambio económico podemos generar un cambio social?

Antes de responder a esta pregunta se debe considerar algunos aspectos inherentes al cambio social.

Un cambio social es una alteración de las estructuras sociales. Las consecuencias y manifestaciones de esas estructuras están ligadas a las normas y valores de las mismas. Dicho cambio remite a los pilares mismos de las instituciones sociales, por cuanto las causas están estrechamente ligadas a aspectos económicos, políticos y culturales.

En Venezuela, los cambios sociales actuales tienen sus bases fundamentales en un proceso revolucionario que ha resultado en un cambio de paradigmas, en relación con la forma que tienen los venezolanos de concebir su realidad. Los aspectos que más han influido en estos cambios son lo inherentes a los movimientos sociales resultantes del nuevo modelo político que impera en el país; antes, con la globalización, los cambios eran inducidos desde arriba, donde las élites dominantes imponían sus condiciones para mantener su hegemonía; ahora, los cambios vienen desde abajo, con la participación mayoritaria del pueblo.

Lo ideal sería que el cambio social sea la evolución y difusión de la cultura económica – lo material - y de la cultura simbólica - valores en las sociedades.

En síntesis, un cambio social puede ser producido por cambios en los aspectos económicos; pero, también en otros aspectos como lo político y en lo cultural.

Cabría preguntarse también ¿Un cambio social podría generar un cambio económico? Pareciera que la repuesta pueda ser positiva, por cuanto si evoluciona la cultura simbólica - los valores de la sociedad - , con base en la concienciación colectiva de lograr un mejor país, la cultura económica puede cambiar favorablemente.

¿Como debe ser el Gerente Público Postmoderno?

La sociedad en general se ha caracterizado por un vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología; también, por un constante cambio en los valores culturales de la misma, lo cual permitido una evolución del premodernismo al modernismo. En esta fase está viviendo una crisis de sus valores para dar paso a otra etapa, el Postmodernismo, en la cual surgen otros valores que van marcando el modo de vida de todos los miembros de la sociedad. De esta situación, por razones aún más poderosa, no pueden escapar los que están llamados a ocupar la Gerencia Social, por cuanto son los que tendrán la responsabilidad de administrar eficientemente, entre otros, los recursos humanos que constantemente están siendo formados con base en los nuevos valores que les va insuflando la sociedad en la que desenvuelven.

El Gerente Público postmoderno deberá lidiar con un personal que viene cargado de valores muchas veces antagónicos con el fin social que persigue la administración pública, tanto más cuanto que en las instituciones que integran ésta no existe un riguroso proceso de reclutamiento y selección de los recursos humanos. La dotación de estos recursos se hace en forma circunstancial, sin atender criterios técnicos para seleccionar los que se identifiquen con los valores institucionales.

Es por ello que el Gerente Público debe conocer, entre otros aspectos no menos importantes, cuales son los valores institucionales, los que tienen sus recursos humanos y los de la sociedad en general a la cual le presta sus servicios, con el propósito fundamental de conciliarlos todos, a fin de obtener el fin social que persigue la institución para la cual trabaja.

Antes y Después del "Viernes Negro"

ANTES Y DESPUÉS DEL “VIERNES NEGRO“

El “Viernes Negro”: Una mancha en la historia económica de Venezuela.

Se recuerda como “Viernes Negro” aquel fatídico día 18 de febrero de 1983, cuando nuestro signo monetario sufrió la más fuerte devaluación en toda su historia y, además, una gran restricción en el uso de divisas, como consecuencia de la aplicación durante muchos años de las nefastas políticas del Estado venezolano, en relación con el modelo económico, el cual tenía sus bases fundamentales en la renta petrolera.

Antes. Venezuela era un país que vivía casi exclusivamente de los ingresos petroleros, no se fomentaba el desarrollo endógeno sino que se estimulaba una economía de “puerto”; es decir, exportábamos petróleo e importábamos casi todo lo que se consumía en el país. Los precios del petróleo en ascenso permitían esto. No existía voluntad política por parte de los gobiernos de turno para invertir parte de la renta petrolera en el desarrollo económico de nuestro país.

Con el dólar anclado en un precio fijo y libre a 4.30, el bolívar era fuerte, la inflacción era moderada. Los precios del petróleo estaban en alza continua hasta llegar a topes históricos, lo cual hizo que los ingresos petroleros se incrementaran enormemente. La renta petrolera daba para todo hasta para subsidiar muchos rubros. Teníamos un país entregado al consumismo, el rentismo y el populismo. No hubo preocupación por la inversión en los diversos sectores de la economía, ni siquiera en algo tan importante como la agricultura y la agroindustria. Hubo corrupción a granel.
Cuando los precios del petróleo bajan, los ingresos de divisas al país también disminuyen en cantidades enormes, lo cual, sumado a la fuga de divisas, hacen que se tomen las medidas económicas que dan nombre al “Viernes Negro”

Después. A partir de esa fatal fecha nuestro bolívar ha ido devaluándose continuamente hasta llegar al precio actual. Esto ha acarreado una constante inflación, entre otros aspectos. El consumismo, el rentismo y el populismo siguen siendo las pautas que han marcado la conducta del venezolano. El gasto público ha ido incrementándose. Las inversiones en el desarrollo de nuestro país no han sido suficientes para un crecimiento económico sostenido; además, en esto ha incidido negativamente la diatriba política de los últimos diez años, a raiz del proceso revolucionario que se vive en el país.
Cabe destacar que las políticas adoptadas por el Estado, en relación con los planes de desarrollo endógeno y las inversiones en los diversos sectores de la economía, se ha visto obstaculizada por la obstinada resistencia de los grupos de presión que existen en el país, en abierta confrontación por la defensa de sus propios intereses, por encima de los de la colectividad. A consecuencia de estas férreas luchas de intereses, ha sido poco el avance en nuestro desarrollo económico y social.

La historia parece repetirse. Los precios del petróleo han alcanzado precios súper altos – hasta 140 $ por barril -, lo cual ha producido ingentes cantidad de recursos; pero, paradójicamente, ha habido un fuerte endeudamiento. Seguimos viviendo en alto grado de la renta petrolera, el crecimiento de la economía se ha basado en un incremento enorme del gasto público – gasto no productivo-. Aún cuando las políticas económicas han cambiado positivamente, en relación con las inversiones internas para el desarrollo endógeno, se considera que es prematuro para obtener los resultados esperados.

Según los economistas, las crisis son cíclicas. Antes y después del “Viernes Negro” hay algunos aspectos comunes: alto precios del petróleo, bonanza económica, caída de los precios. Habida cuenta que nuestra economía depende casi exclusivamente de los ingresos petroleros y la crisis se inicia con la caída de éstos, podríamos deducir que estamos en el umbral de otra fuerte crisis económica, tanto más cuanto que es evidente la crisis mundial por la decadencia del capitalismo.

Se podría preguntar ¿Cuánto tiempo tardará en llegar la crisis? ¿Alcanzarán los ahorros del Estado para seguir sosteniendo el gasto público hasta que los precios del petróleo suban hasta los niveles estimados en el presupuesto? ¿Habrá devaluación de nuestro signo monetario? ¿Hasta cuando habrá control de cambios?

Venezuela en Cinco Minutos (Video)