jueves, 26 de febrero de 2009

SINTESIS DE CLASE DEL 19-02-09

Actualmente somos testigos de un mundo convulsionado por los constantes cambios relacionados con la vida política, social y económica, los cuales influyen en nuestras vidas, tanto en forma positiva como negativa. Esto tiene clara incidencia en nuestro comportamiento personal y, de alguna manera, ejerce clara influencia interpersonal en nuestro entorno inmediato, bien sea grupo familiar, equipo de trabajo, entorno social, institucional. En este contexto, cada persona entra en contacto con una dimensión con la que se identifica para ser y hacer el mundo como historia, en la que el sentido de cada época se traduce en hechos significativos para ella, motivos por el cual se van afectando las relaciones interinstitucionales y, en consecuencia, el proceso socio-histórico. Estos fenómenos dan lugar a una multiplicidad de protagonistas de una sociedad, de diferentes formas de percibir la realidad y actuar en consecuencia, de acuerdo con sus propias experiencias y sus genuinas escalas de valores, los cuales difieren mucho de una persona a otra.

Ante estos fenómenos sociales, se hace muy necesaria la presencia de liderazgo en todas las instituciones públicas, privadas, grupos sociales, con especial énfasis en las primeras, porque es donde converge una gran multiplicidad de actores que ingresa en ellas en formas circunstanciales y con valores muy heterogéneos y, muchas veces, contradictorios con el fin social de las mismas. El liderazgo que deben tener los gerentes públicos juega un importante papel en dichas organizaciones, debido a que son los llamados a orientar a sus subordinados para lograr el éxito; son los conductores indispensables para esto.

Liderazgo es el intento de influencia interpersonal, dirigido a través del proceso de comunicación humana, a fin de lograr objetivos; pero, como es natural en toda persona, el líder tiene virtudes y defectos que debe conocer; para poder influir en la conducta de sus seguidores: Esto implica mirar primero dentro de si mismo y conocerse, para luego entender a los demás y reflejar lo que quiere lograr, lo que busca alcanzar con los demás para lograr sus objetivos. El buen gerente público debe estar consciente que la esencia de su liderazgo está en la disposición de su personal subalterno a seguirlo, quienes lo harán en la medida que se les ofrezcan los medios para la satisfacción de sus necesidades; de igual forma, debe internalizar que si hay liderazgo y motivación se hace más fácil lograr sus objetivos.

Este análisis nos llevará a entendernos para luego conocer a los demás; de esta forma podemos mejorar nuestro desempeño como líderes, en nuestras organizaciones, así como también en cualquier grupo social. Para esto se hace necesario evaluar los diferentes elementos humanos de nuestra personalidad y los de la institución donde trabajamos, en función de una escala de valores; de igual forma, se debe hacer lo propio con las personas de nuestros equipos de trabajo. En nuestra pasada clase de Formación Gerencial fue brillantemente explicado un método de evaluación personal en relación con los otros actores con quienes interactuamos, el cual consiste en analizar una serie de valores humanos propios de cada uno de nosotros en relación con otra persona de nuestro entorno, de acuerdo con la ponderación que le demos a dichos valores. Se considera que es un método muy útil para conocer nuestra personalidad y la de nuestro personal subalterno, debido a que nos permite interactuar con éstos en un marco de comprensión, que puede servir de base para apreciar mejor lo que la gente desea y la razón de sus acciones. Para lograr esta evaluación, debemos ubicarnos, en primer lugar, en un contexto: personal, interpersonal, institucional, interinstitucional, socio-histórico y, luego, podemos apoyarnos en una matriz de valores, que podrá ser elaborada con aquellos aspectos que consideremos de interés en un caso determinado; v.g. la matriz de valores utilizada en clase fue la siguiente:
Relacionado
Confiar
Escuchar
Aceptar
Aconsejar
Alentar

Integrado
Participar
Intercambiar
Motivar
Integrar
Innovar

Separado
Examinar
Medir
Administrar
Controlar
Mantener

Dedicado
Organizar
Iniciar
Dirigir
Completar
Evaluar

Debemos buscar los factores a evaluar de nuestra personalidad y los de cada uno de los miembros del equipo; v.g. institución, supervisión, supervisado, compañeros de trabajo, supervisado, otros. Esta evaluación debe hacerse desde nuestra propia persona en relación con otro miembro del equipo, para lo cual le asignamos a cada factor una ponderación y puede ser determinada en una escala del 1 al 10. Los factores elegidos serán analizados, con base en la matriz de los valores que hayamos elaborado para tales fines. Estos valores habrán de ser evaluados, en un contexto previamente definido: personal, ineterpersonal, institucional, socio-histórico. Al identificar la cantidad de valores que influyen en la relación evaluada, en cada uno de los cuadrantes de la matriz, estamos obteniendo los indicadores correspondientes, los cuales, analizados en su conjunto, nos da una aproximación de la personalidad del evaluado. Este proceso debe ser aplicado, tanto en la persona que tiene a su cargo la supervisión de un equipo de trabajo como en la de cada uno de los integrantes del mismo, a fin de lograr mejor comprensión de las relaciones humanas, comunicaciones interpersonales más fluidas y un alto grado de motivación, con lo cual se obtiene el liderazgo necesario en el difícil arte de gerenciar en cualquier institución, tanto más en el sector público cuanto que en éste se trabaja para lograr un fin social, el cual está caracterizado por las complejidades propias de una sociedad sometida a las presiones de los diversos grupos que en ella interactúan.

martes, 24 de febrero de 2009

Reflexión de la Clase Nº 3

La Administración Pública es el organismo o conjunto de entes que un Estado encarga para gestionar y defender los intereses públicos, proteger los derechos y vigilar el interés general de la ciudadanía. Al respecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en el artículo 141 lo siguiente:

“La Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se fundamenta en los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad en el ejercicio de la función pública, con sometimiento pleno a la ley y el derecho.”

Uno de los problemas más importantes de la democracia venezolana ha sido la excesiva intromisión de aspectos políticos-partidistas en la dinámica del sector público. Mientras escribimos miles de ciudadanos sufren las penurias del sistema hospitalario o mueren a manos del hampa. El comentario viene al caso pues existe una discusión muy importante en términos del tamaño y competencias del ámbito público. El debate acerca del papel del sector público es muy extenso, algunos consideran que debe limitarse y otros, por el contrario, que debe ser fortalecido. Ahora bien, independientemente del tamaño y funciones del Estado consideramos que se impone la necesidad de que cumpla eficientemente su misión.

Trabajar en una organización pública, salvo contadas excepciones, implica convivir con un personal mal pagado, poco motivado. Acostumbrado a hablar mal de su trabajo y con alta resistencia al cambio. Personas que quieren ser remunerados como jefes sin que eso implique mayor responsabilidad. Por otra parte, los cuadros gerenciales se hacen los sordos ante las necesidades, legítimas o no, del personal. “Radio pasillo” sustituye la comunicación formal. La comunicación organizacional se limita a la redacción de revistas o de estudios para fomentar el clima y la cultura institucional.

Existe poco contacto entre los jefes y su personal. Para los de arriba “el personal es flojo” y para los de abajo “los jefes son déspotas”. La noción de equipo pocas veces se maneja. Cada cual cumple, cuando lo hace, con sus funciones. A pesar de los problemas se cumplen las metas, tarde, a veces mal pero se cumplen.

El funcionamiento de los hospitales o la educación pasa a segundo plano ante la demagogia. Si ayer Anito convenció a la masa que Sócrates debía beber la cicuta, hoy los políticos reparten dinero a un pueblo a cambio de votos y los convencen de vivir a fuerza de la caridad gubernamental. Un día cae el ídolo de turno y nos refugiamos en otro. Mientras la Administración Pública se debilita. Como dice la sabiduría popular: los gobiernos pasan, el hambre queda. Para erradicar el hambre debemos contar con un sector público fuerte y al servicio de la colectividad.

Es probable que un funcionario público califique de loco a quien le diga que su trabajo carece de imaginación. “Con qué se come eso de la imaginación” respondería el desprevenido funcionario. “Mi trabajo es técnico” es otra posible respuesta o “tengo 10 años haciendo el mismo reporte qué imaginación ni que ocho cuartos” ¿Ese asistente administrativo traspasa el día a día en busca de explicaciones? Generan las disertaciones aumentos en la quincena.

Convivimos con expresiones de desaliento por parte de los funcionarios, constantes quejas y añoranzas de un mejor empleo.

Transferimos las decepciones de un pobre país rico al ámbito público. La autoestima del venezolano se refleja en las oficinas gubernamentales ¿Por qué casi nadie sale bien en la foto del documento de identidad? Será por lo incómodo de su tramitación. Es probable que la misma energía empleada en lamentarnos por todos los males del planeta sirviera para mejorar sólo un poco los quehaceres cotidianos.

Otra muestra son las famosas reestructuraciones de organismos públicos. Durante una gestión se eliminan dependencias que en el futuro serán retomadas. Se cambian nombres pero se mantienen viejos vicios. Varían las identidades gráficas y se empeoran las prácticas.

El avance de la burocracia supone la falta de imaginación y de motivación transformadora para luchar por un mejor país. A pesar de estar en pleno siglo XXI y disfrutar de muchos avances tecnológicos la situación de la Administración Pública parece estar anclada en otro momento histórico.

Cómo mejorar si muchas veces los gerentes parecen capataces de una hacienda. Si los funcionarios adeptos al gobierno de turno se consideran intocables por su esfuerzo en pro del partido. Quienes adversan al partido son relegados y castigados. Lejos de incluir segregan. Todo lo viejo, lo que huela a la gestión pasada es borrado sin tomar de ello los aprendizajes pertinentes.

El sector público refleja el autismo social de Venezuela. Se debate entre los postulados de servicio público y la lógica partidista clientelar.

Si queremos salir del siglo XXI es necesario tomar conciencia de las complejidades y diversidades presentes en nuestra sociedad, ponerlas a trabajar en conjunto. Mirarnos, oírnos y hablarnos con un poco de esperanza y tolerancia.


"Moral y luces son nuestras primeras necesidades”
Simón Bolívar

El "Viernes Negro": Un pasaje oscuro de nuestra historia

Recordado por su impacto en la economía venezolana, el 18 de febrero del 83, más allá de acentuar la crisis de un país entregado al consumismo, rentismo y populismo. Un momento de nuestra historia que trae a la mente de todos los venezolanos la célebre frase de Arturo Uslar Pietri: "Sembrar el petróleo".

El viernes 18 de febrero del año 1983 suele ser recordado como el día en que el bolívar sufre la mayor devaluación de su historia, lo que llevó a la administración del presidente Luis Herrera Campins a recurrir a la restricción obligada de divisas, aunada a una caída desmesurada en el poder adquisitivo de los venezolanos. Esta fecha marcó, a su vez, el final de un largo período de estabilidad cambiaria y de precios en Venezuela, así como el inicio de una nueva era de devaluación, inflación y fuerte recesión.

En la actualidad se puede concluir que este día significó definitivamente un punto de inflexión en la historia contemporánea de los venezolanos, representando probablemente el origen de muchos de los devenires que la sociedad venezolana enfrenta hoy en día.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Sintesis de Clase del 05-02-09

Actualmente en Venezuela, la formación gerencial en el sector público presenta grandes retos para su adaptación a una realidad caracterizada por un constante y veloz cambio socio-político. En las instituciones públicas, los conocimientos técnicos y habilidades gerenciales que han adquiridos las personas responsables de dirigirlas, como producto de sus estudios y experiencias, en empresa públicas y privadas, no son suficientes para adaptarse a dichos cambios. Para tener capacidad de adaptación, se hace necesario que el Gerente Público tenga una serie de actitudes personales, tales como: flexibilidad, tolerancia, creatividad, innovación y comprensión de los valores individuales de todas las personas que están bajo su responsabilidad, con la finalidad de interactuar con ellas, para mejorar su toma de decisiones y generar soluciones.

En relación con los valores individuales, se debe destacar lo expresado por Mario Briceño Iragorry, en su obra Mensaje sin Destino, el cual, con más de 50 años de haber sido escrito cobra especial vigencia en nuestra realidad nacional. Iragorry nos señala “…La quiebra de nuestra cultura…”. En este sentido, dicho autor señala “… para existir como país debemos poseer sentido histórico…”, “… somos un país ahistórico…”. No tenemos sentido histórico de lo que hemos sido, motivos por el cual debemos “… buscar las entrañas de lo que somos…”. En Venezuela, por causa del petróleo, ha habido un grave proceso de transculturación que ha distorsionado los valores nacionales y, con éstos, lo autóctono de nuestro pueblo, con lo cual se ha deteriorado la identidad nacional. Esto acarrea graves consecuencia en nuestra configuración cultural. Ya no somos los mismos. Nuestro genio nacional se ha distorsionado, en casi todos los niveles. En nuestra forma de ser vibra una mezcla de valores heterogéneos, donde prevalecen los de otras culturas. Hemos perdido nuestra particular forma de ser. Iragorry decía que nuestro país carece de responsabilidades. Debemos apropiarnos de nuestra manera de ser.

Generalmente, en la formación de gerentes públicos, tanto en lo académico como en lo empírico, se enseña cómo se organiza el sector público, cómo se maneja un presupuesto y las finanzas del estado, entre otros aspectos no menos importantes; pero, no se les enseña a manejar situaciones antagónicas entre los valores individuales y lo que deben ser los valores institucionales.

Es por ello que en la Venezuela del siglo XXI, debemos romper con estos paradigmas en la formación de gerentes que tendrán la responsabilidad de lograr con eficiencia los fines sociales de las instituciones donde trabajan. Algunos profesores, conscientes de esta situación, están rompiendo con los viejos modelos de enseñanzas. De ello somos testigos en nuestra casa de estudios – UNEFA -, con especial mención en la cátedra Formación Gerencial. Se hace necesaria una praxis de la Gerencia Pública acorde con la realidad actual, en la cual tendrá que comprender los valores individuales que tienen las personas a su cargo y aplicar sus habilidades en el manejo de las relaciones humanas, a fin de lograr sus objetivos institucionales. El Gerente Público actual deberá actuar a la altura del compromiso que se le presenta en la conducción de las políticas públicas, con sentido de responsabilidad social y ética; pero, también con habilidades interpersonales para trabajar en equipo integrado por individuos de diferentes formas de ser, a fin de interactuar con éstos en pro de la consecución del fin social de la institución donde se desempeña.

viernes, 6 de febrero de 2009

Sintesis de clase del 29/01/09

¿Generando un cambio económico podemos generar un cambio social?

Antes de responder a esta pregunta se debe considerar algunos aspectos inherentes al cambio social.

Un cambio social es una alteración de las estructuras sociales. Las consecuencias y manifestaciones de esas estructuras están ligadas a las normas y valores de las mismas. Dicho cambio remite a los pilares mismos de las instituciones sociales, por cuanto las causas están estrechamente ligadas a aspectos económicos, políticos y culturales.

En Venezuela, los cambios sociales actuales tienen sus bases fundamentales en un proceso revolucionario que ha resultado en un cambio de paradigmas, en relación con la forma que tienen los venezolanos de concebir su realidad. Los aspectos que más han influido en estos cambios son lo inherentes a los movimientos sociales resultantes del nuevo modelo político que impera en el país; antes, con la globalización, los cambios eran inducidos desde arriba, donde las élites dominantes imponían sus condiciones para mantener su hegemonía; ahora, los cambios vienen desde abajo, con la participación mayoritaria del pueblo.

Lo ideal sería que el cambio social sea la evolución y difusión de la cultura económica – lo material - y de la cultura simbólica - valores en las sociedades.

En síntesis, un cambio social puede ser producido por cambios en los aspectos económicos; pero, también en otros aspectos como lo político y en lo cultural.

Cabría preguntarse también ¿Un cambio social podría generar un cambio económico? Pareciera que la repuesta pueda ser positiva, por cuanto si evoluciona la cultura simbólica - los valores de la sociedad - , con base en la concienciación colectiva de lograr un mejor país, la cultura económica puede cambiar favorablemente.

¿Como debe ser el Gerente Público Postmoderno?

La sociedad en general se ha caracterizado por un vertiginoso avance de la ciencia y la tecnología; también, por un constante cambio en los valores culturales de la misma, lo cual permitido una evolución del premodernismo al modernismo. En esta fase está viviendo una crisis de sus valores para dar paso a otra etapa, el Postmodernismo, en la cual surgen otros valores que van marcando el modo de vida de todos los miembros de la sociedad. De esta situación, por razones aún más poderosa, no pueden escapar los que están llamados a ocupar la Gerencia Social, por cuanto son los que tendrán la responsabilidad de administrar eficientemente, entre otros, los recursos humanos que constantemente están siendo formados con base en los nuevos valores que les va insuflando la sociedad en la que desenvuelven.

El Gerente Público postmoderno deberá lidiar con un personal que viene cargado de valores muchas veces antagónicos con el fin social que persigue la administración pública, tanto más cuanto que en las instituciones que integran ésta no existe un riguroso proceso de reclutamiento y selección de los recursos humanos. La dotación de estos recursos se hace en forma circunstancial, sin atender criterios técnicos para seleccionar los que se identifiquen con los valores institucionales.

Es por ello que el Gerente Público debe conocer, entre otros aspectos no menos importantes, cuales son los valores institucionales, los que tienen sus recursos humanos y los de la sociedad en general a la cual le presta sus servicios, con el propósito fundamental de conciliarlos todos, a fin de obtener el fin social que persigue la institución para la cual trabaja.

Antes y Después del "Viernes Negro"

ANTES Y DESPUÉS DEL “VIERNES NEGRO“

El “Viernes Negro”: Una mancha en la historia económica de Venezuela.

Se recuerda como “Viernes Negro” aquel fatídico día 18 de febrero de 1983, cuando nuestro signo monetario sufrió la más fuerte devaluación en toda su historia y, además, una gran restricción en el uso de divisas, como consecuencia de la aplicación durante muchos años de las nefastas políticas del Estado venezolano, en relación con el modelo económico, el cual tenía sus bases fundamentales en la renta petrolera.

Antes. Venezuela era un país que vivía casi exclusivamente de los ingresos petroleros, no se fomentaba el desarrollo endógeno sino que se estimulaba una economía de “puerto”; es decir, exportábamos petróleo e importábamos casi todo lo que se consumía en el país. Los precios del petróleo en ascenso permitían esto. No existía voluntad política por parte de los gobiernos de turno para invertir parte de la renta petrolera en el desarrollo económico de nuestro país.

Con el dólar anclado en un precio fijo y libre a 4.30, el bolívar era fuerte, la inflacción era moderada. Los precios del petróleo estaban en alza continua hasta llegar a topes históricos, lo cual hizo que los ingresos petroleros se incrementaran enormemente. La renta petrolera daba para todo hasta para subsidiar muchos rubros. Teníamos un país entregado al consumismo, el rentismo y el populismo. No hubo preocupación por la inversión en los diversos sectores de la economía, ni siquiera en algo tan importante como la agricultura y la agroindustria. Hubo corrupción a granel.
Cuando los precios del petróleo bajan, los ingresos de divisas al país también disminuyen en cantidades enormes, lo cual, sumado a la fuga de divisas, hacen que se tomen las medidas económicas que dan nombre al “Viernes Negro”

Después. A partir de esa fatal fecha nuestro bolívar ha ido devaluándose continuamente hasta llegar al precio actual. Esto ha acarreado una constante inflación, entre otros aspectos. El consumismo, el rentismo y el populismo siguen siendo las pautas que han marcado la conducta del venezolano. El gasto público ha ido incrementándose. Las inversiones en el desarrollo de nuestro país no han sido suficientes para un crecimiento económico sostenido; además, en esto ha incidido negativamente la diatriba política de los últimos diez años, a raiz del proceso revolucionario que se vive en el país.
Cabe destacar que las políticas adoptadas por el Estado, en relación con los planes de desarrollo endógeno y las inversiones en los diversos sectores de la economía, se ha visto obstaculizada por la obstinada resistencia de los grupos de presión que existen en el país, en abierta confrontación por la defensa de sus propios intereses, por encima de los de la colectividad. A consecuencia de estas férreas luchas de intereses, ha sido poco el avance en nuestro desarrollo económico y social.

La historia parece repetirse. Los precios del petróleo han alcanzado precios súper altos – hasta 140 $ por barril -, lo cual ha producido ingentes cantidad de recursos; pero, paradójicamente, ha habido un fuerte endeudamiento. Seguimos viviendo en alto grado de la renta petrolera, el crecimiento de la economía se ha basado en un incremento enorme del gasto público – gasto no productivo-. Aún cuando las políticas económicas han cambiado positivamente, en relación con las inversiones internas para el desarrollo endógeno, se considera que es prematuro para obtener los resultados esperados.

Según los economistas, las crisis son cíclicas. Antes y después del “Viernes Negro” hay algunos aspectos comunes: alto precios del petróleo, bonanza económica, caída de los precios. Habida cuenta que nuestra economía depende casi exclusivamente de los ingresos petroleros y la crisis se inicia con la caída de éstos, podríamos deducir que estamos en el umbral de otra fuerte crisis económica, tanto más cuanto que es evidente la crisis mundial por la decadencia del capitalismo.

Se podría preguntar ¿Cuánto tiempo tardará en llegar la crisis? ¿Alcanzarán los ahorros del Estado para seguir sosteniendo el gasto público hasta que los precios del petróleo suban hasta los niveles estimados en el presupuesto? ¿Habrá devaluación de nuestro signo monetario? ¿Hasta cuando habrá control de cambios?

Venezuela en Cinco Minutos (Video)