jueves, 2 de abril de 2009

OCTAVA ENTREVISTA

Realizada por el Prof. Fernando Garlín a una docente de la UNEFA

Hemos analizado la supradicha entrevista, con el propósito de obtener una aproximación a la personalidad de la persona entrevistada, en aspectos relacionados con los juicios de valores que la misma tiene con respecto a la institución donde trabaja, su entorno, sus expectativas.

Hemos podido apreciar en la persona entrevistada un “quiebre“, tanto en lo personal, como en el contexto interpersonal, profesional, institucional, interinstitucional. Ella se siente, según sus propias palabras, frustrada; pues, tenía muchas expectativas positivas con respecto a su rol de docente de educación superior. Tenía cifradas sus esperanzas en conseguir un ambiente de trabajo para desarrollar todo su potencial como educadora, con los conocimientos adquiridos en su doctorado, en un marco de flexibilidad, tolerancia, con un proyecto universitario para la formación del hombre nuevo requerido por la nueva realidad del país; pero, siente que la universidad no tiene un proyecto claro, “… esta universidad no va para ningún lado… nadie piensa en un proyecto de país…”.

Para tratar de entender un poco la actuación de la persona entrevistada, tendríamos que analizar cuales son los factores de la sociedad que han influido en ella para sentir tanta frustración en lo que hace. Estos factores podrían ser su propia historia familiar, sus mitos, tradiciones, nivel cultural donde creció, instituciones, etc. Como observadora de una realidad siente que con su acción puede cambiar los resultados de la realidad. Se siente en capacidad de romper con el viejo paradigma de la educación para dar cabida a la formación de un ser pensante. Piensa que la formación de los estudiantes debe ser para resolver problemas específicos de la nueva realidad del país. Cree que debe haber una ruptura; pero, siente la impotencia de no poder, porque debe seguir unas directrices que le impone la institución; son los pactos fácticos que debe cumplir, para seguir con los mismos resultados.

Considera que es injusta la realidad política o social. Pensamos que se debate entre actuar o no actuar ante lo establecido; entre acatar resignadamente lo que considera injusto, o si contestarla: de palabra o de acto; entre continuar con el modelo o renunciar al mismo.

Sin pretensiones de entrar en la interesante ciencia de la psicología, pensamos que la persona entrevistada esta percibiendo una realidad, en función de sus propias experiencias, en el marco de un campo emocional que le sirve de referencia. Hay en sus declaraciones una serie de sentencias que merecen ser analizadas, para lo cual no somos las personas indicadas, ni lo permite la brevedad que nos hemos propuesto en este trabajo; sin embargo, queremos resaltar algunas de las mismas, con el propósito de tener una somera idea de lo que trae en sus experiencias. Según la entrevistada: ”… suma de fracaso…” “…vivimos un surrealismo terrible…” “… me deprimo… mi vida no tiene sentido como profesional…” “Es una cultura en la UNEFA de la mediocridad…”. Estas sentencias, entre otras, nos hacen pensar que la persona entrevistada ha estado fuertemente influenciada en su formación por una serie de valores éticos y morales, con los cuales se siente identificada; pero, en contradicción con los valores de su entorno inmediato, en el campo laboral, en lo social e institucional. Esta persona trata de entrar en contacto con el entorno con el cual se identifica para ser y hacer su propio mundo; pero, al no encontrarle sentido a una serie de hechos, porque no son significativos para ella, percibe su realidad adversa a su genuina escala de valores y actúa en consecuencia, lo cual afecta sus relaciones interpersonales e institucionales.

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