viernes, 6 de febrero de 2009

Antes y Después del "Viernes Negro"

ANTES Y DESPUÉS DEL “VIERNES NEGRO“

El “Viernes Negro”: Una mancha en la historia económica de Venezuela.

Se recuerda como “Viernes Negro” aquel fatídico día 18 de febrero de 1983, cuando nuestro signo monetario sufrió la más fuerte devaluación en toda su historia y, además, una gran restricción en el uso de divisas, como consecuencia de la aplicación durante muchos años de las nefastas políticas del Estado venezolano, en relación con el modelo económico, el cual tenía sus bases fundamentales en la renta petrolera.

Antes. Venezuela era un país que vivía casi exclusivamente de los ingresos petroleros, no se fomentaba el desarrollo endógeno sino que se estimulaba una economía de “puerto”; es decir, exportábamos petróleo e importábamos casi todo lo que se consumía en el país. Los precios del petróleo en ascenso permitían esto. No existía voluntad política por parte de los gobiernos de turno para invertir parte de la renta petrolera en el desarrollo económico de nuestro país.

Con el dólar anclado en un precio fijo y libre a 4.30, el bolívar era fuerte, la inflacción era moderada. Los precios del petróleo estaban en alza continua hasta llegar a topes históricos, lo cual hizo que los ingresos petroleros se incrementaran enormemente. La renta petrolera daba para todo hasta para subsidiar muchos rubros. Teníamos un país entregado al consumismo, el rentismo y el populismo. No hubo preocupación por la inversión en los diversos sectores de la economía, ni siquiera en algo tan importante como la agricultura y la agroindustria. Hubo corrupción a granel.
Cuando los precios del petróleo bajan, los ingresos de divisas al país también disminuyen en cantidades enormes, lo cual, sumado a la fuga de divisas, hacen que se tomen las medidas económicas que dan nombre al “Viernes Negro”

Después. A partir de esa fatal fecha nuestro bolívar ha ido devaluándose continuamente hasta llegar al precio actual. Esto ha acarreado una constante inflación, entre otros aspectos. El consumismo, el rentismo y el populismo siguen siendo las pautas que han marcado la conducta del venezolano. El gasto público ha ido incrementándose. Las inversiones en el desarrollo de nuestro país no han sido suficientes para un crecimiento económico sostenido; además, en esto ha incidido negativamente la diatriba política de los últimos diez años, a raiz del proceso revolucionario que se vive en el país.
Cabe destacar que las políticas adoptadas por el Estado, en relación con los planes de desarrollo endógeno y las inversiones en los diversos sectores de la economía, se ha visto obstaculizada por la obstinada resistencia de los grupos de presión que existen en el país, en abierta confrontación por la defensa de sus propios intereses, por encima de los de la colectividad. A consecuencia de estas férreas luchas de intereses, ha sido poco el avance en nuestro desarrollo económico y social.

La historia parece repetirse. Los precios del petróleo han alcanzado precios súper altos – hasta 140 $ por barril -, lo cual ha producido ingentes cantidad de recursos; pero, paradójicamente, ha habido un fuerte endeudamiento. Seguimos viviendo en alto grado de la renta petrolera, el crecimiento de la economía se ha basado en un incremento enorme del gasto público – gasto no productivo-. Aún cuando las políticas económicas han cambiado positivamente, en relación con las inversiones internas para el desarrollo endógeno, se considera que es prematuro para obtener los resultados esperados.

Según los economistas, las crisis son cíclicas. Antes y después del “Viernes Negro” hay algunos aspectos comunes: alto precios del petróleo, bonanza económica, caída de los precios. Habida cuenta que nuestra economía depende casi exclusivamente de los ingresos petroleros y la crisis se inicia con la caída de éstos, podríamos deducir que estamos en el umbral de otra fuerte crisis económica, tanto más cuanto que es evidente la crisis mundial por la decadencia del capitalismo.

Se podría preguntar ¿Cuánto tiempo tardará en llegar la crisis? ¿Alcanzarán los ahorros del Estado para seguir sosteniendo el gasto público hasta que los precios del petróleo suban hasta los niveles estimados en el presupuesto? ¿Habrá devaluación de nuestro signo monetario? ¿Hasta cuando habrá control de cambios?

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